Récord 2018: 10 – 6
Draft (por orden de selección): DT Trysten Hill (pick 58), G Connor McGovern (pick 90), RB Tony Pollard (pick 128), CB Michael Jackson (pick 158), DE Joe Jackson (pick 165), RB Mike Webber (pick 218), EDGE Jalen Jelks (pick 241)
Agencia libre
Jugadores adquiridos (equipo de origen): WR Randall Cobb (Green Bay), DT Chris Convinton (Houston), FS George Iloka (Minnesota), DT Kerry Hyder (Detroit), TE Jason Witten (retiro), DE Robert Quinn (Miami)
Jugadores perdidos (equipo destino): WR Cole Beasley (Buffalo), TE Geoff Swaim (Jacksonville), OLB Damien Wilson (Kansas City), G Marcus Martin (Seattle), RB Rod Smith (NY Giants)
La temporada 2018 comenzó de manera accidentada para Jason Garrett y compañía. Después de siete semanas de acción, el equipo de la estrella solitaria solo alcanzaba un récord de 3 – 4. De hecho, tras volver de su BYE, en la semana 9, las cosas parecían empeorar con otra derrota a manos de un inestable equipo de Tennessee. Sin embargo, a partir de la semana 10, el equipo logró entrar en ritmo y cerraría la temporada con siete victorias en las ocho semanas restantes. Vale la pena destacar que uno de los factores que propició el cambio en este equipo fue el trade por Amari Cooper. Con el WR proveniente de Oakland, la ofensiva adquirió otra fisonomía y se hizo mucho más peligrosa. Al final, Dallas terminaría como el #1 de la división (su segundo título en los últimos tres años) y calificaría en playoffs. En la ronda de wildcard, lograrían imponerse a Seattle por marcador de 24 – 22. El viaje de este equipo llegaría a su fin con su visita a LA, donde caerían ante LA Rams por marcador de 30 – 22. Sin duda, 2018 fue una temporada más exitosa de lo que se auguraba para este equipo.
Para 2019, Dallas buscará mantenerse en la cima de la NFC Este. Uno de los aspectos más relevantes en 2018 fue que tanto el staff de coacheo como la “Front Office” dejaron una base sólida de jugadores tanto ofensivos como defensivos para trabajar en mantenerse entre los equipos más competitivos en la NFC.
Staff
En 2018. Jason Garrett logró sacudirse la actitud tibia con la que se ha manejado en la mayor parte de su carrera. Dallas lució como un equipo más agresivo tanto a la ofensiva como a la defensiva. Por su puesto, eso no solo se debió a su trabajo, la familia Jones también ha tenido múltiples aciertos en la gerencia y el movimiento por Cooper logró revitalizar a la ofensiva y contribuir a que Dallas calificara a playoffs por tercera vez desde que Garrett ocupa el puesto de HC (2010). No obstante, para una afición tan exigente, dos victorias en playoffs en este lapso aún nos suficiente. Así que la presión continuará para Garrett.
La coordinación ofensiva estará a cargo de Kellen Moore quien apenas hace un par de años era el QB sustituto en este mismo equipo. Su trabajo parece que estará más enfocado a ser quien diseñe las jugadas de pase y los RPO’s (run pass options) dejando toda la estrategia de la ofensiva terrestre al combo de coaches formado por Hudson Houck y Marc Colombo. Defensivamente, Rod Marinelli continúa a cargo. Su fuerte ha sido el trabajo con el “Front 7” donde Dallas ya luce dominante.
Jerry Jones continuó su trabajo para reforzar la ofensiva aérea. Destaca la recontratación de Jason Witten, así como la sustitución de Cole Beasley por Randall Cobb. En el draft, el fortalecimiento de las líneas fue su prioridad. El trabajo de los Jones ha venido siendo más exitoso en la selección de talento y el equipo luce bien armado.
Ofensiva
Hasta el momento, el sello distintivo en la ofensiva de Dallas continúa siendo el juego terrestre. Es ahí donde su efectividad es mucho mayor. De hecho, mi percepción en el desempeño de este grupo es que para que la ofensiva aérea funcione, primero tiene que establecerse la carrera. El cambio de coordinador ofensivo obedece al deseo de los Jones de querer ser más agresivos y presentar formaciones más diversas. En 2018, antes del cambio por Amari Cooper, la ofensiva de Dallas era, hasta cierto punto, estática. Mucho se habló previo a la temporada que Dak Prescott contaba con un grupo de WRs poco sobresaliente y eso se reflejó rápidamente en las estadísticas. Tras agregar a un WR de las aptitudes de Cooper, las posibilidades se abrieron en el juego aéreo y los frentes defensivos con más de cuatro jugadores en la línea dejaron de ser una constante. Basta decir que antes de Cooper, Prescott solo acumulaba ocho pases de TD, después de su llegada, sumó 14.
Ésta será la cuarta temporada de Prescott. Su puesto como QB franquicia parece estar asegurado. No obstante, sus estadísticas están lejos de ser impresionantes. Aún no ha rebasado las 4,000 yardas ni los 23 pases de TD en una temporada. Este año será su verdadera oportunidad para demostrar que puede aspirar a un lugar entre los QBs más productivos en la liga, pues contará con un robusto grupo de WRs, así como con un coordinador que se espera sea mucho más creativo en el diseño de jugadas de pase. Creo que, si Prescott llegara presentar estadísticas similares a las de años previos, podríamos concluir que es un QB que cae en la categoría de “game manager” y no más. Por ahora, aún tiene cierto margen de duda.
Ezekiel Elliott es el verdadero motor de la ofensiva. Es Top 3 en su posición y el fortalecimiento del staff de línea y de su esquema de juego (bloqueo de zona), solo lo debe hacer mejor para 2019. La meta para un jugador de su calibre son las 2,000 yardas y 15 Tds combinados. Y aunque por ahora se mantiene del campo de entrenamiento con el equipo por una disputa contractual, luce complicado que pueda mantenerse fuera del campo ya iniciada la temporada, pues aún está sujeto a su contrato de novato y no a un “franchise tag” como Le’Veon Bell hace un año.
Defensiva
La defensiva de Dallas ha mejorado considerablemente en los últimos dos años. En 2017, se ubicó como #13 en puntos permitidos y, en 2018, dio un salto considerable para ubicarse en el #6 en esta estadística. El trabajo de los Jones ha sido notable seleccionando jugadores de impacto en el draft. Gracias a esto es que han llegado los pilares actuales de este grupo: DeMarcus Lawrence, Jaylon Smith, Sean Lee, Tyrone Crawford, Byron Jones y Leighton Vander Esch, por mencionar algunos. En realidad, la única estadística defensiva que desentonó en el buen desempeño de este grupo fue el de las intercepciones.
Para 2019, la defensiva se mantiene prácticamente intacta. La principal adición está en las figuras de Robert Quinn, quien brillara en San Luis hace algunos años, y en la selección del novato Trysten Hill. El estado actual del “Front 7” de Dallas es envidiable, no solo por los titulares, sino por la profundidad de la que goza en sus sustitutos. Taco Charlton (1ª ronda en 2017) aún está desarrollándose, pero en la rotación también se encuentran Christian Convington, Maliek Collins y Kerry Hider, quienes con jugadores muy capaces. Al grupo de LBs lo podría posicionar entre el Top 5 de la liga sin problema y Leighton Vander Esch apenas estará en su segundo año. Así que el cielo luce es el límite para este grupo.
El área de menos renombre se encuentra en la secundaria y eso no significa que necesariamente sea una debilidad, solo que no se encuentra al nivel alcanzado por el “Front 7”. Byron Jones es el más destacado del grupo y quien más se acerca a tener el papel de “shutdown corner”.
Equipos especiales: Brett Maher será el pateador por segundo año. Como novato logró una efectividad de 80.6% (29 / 36). Uno de los aspectos que sobresale de su desempeño es que solo falló un intento (6 / 7) en intentos de 50+ yardas. Así que el muchacho tiene potencia en la pierna. Los regresos estarán a cargo de Tavon Austin (despejes) y Tony Pollard (kickoffs).
Pronóstico: Dallas luce bien de cara a la temporada 2019. Su ofensiva podría presentar su versión más dinámica de los últimos años. Posee un RB de elite y un grupo de WRs bien balanceado. Esta temporada será de consolidación para Prescott: despega o confirmará su papel como “game manager”. La defensiva debe mantenerse como una de las más dominantes en la NFC.
El calendario de Dallas es el #15 en dificultad. Tomando en cuenta su récord de 5 – 1 al interior de la NFC Este en 2018, el primer mes de temporada luce bastante tranquilo. Solo Nuevo Orleans luce amenazante. Más adelante, Green Bay y Filadelfia son rivales complicados, pero dudo que pierdan ambos juegos. Para la segunda mitad de temporada, la exigencia será mayor, sobre todo con visitas a Foxboro y al Soldier Field. Aún así, Dallas estará muy cerca de repetir el #1 de la NFC Este.
Récord 2019: 11 – 5