Récord 2018: 7 – 9
Draft (por orden de selección): G Chris Lindstrom (pick 14), T Kaleb McGrary (pick 31), CB Kendall Sheffield (pick 111). DE John Cominsky (pick 135), RB Qadree Ollison (pick 152), CB Jordan Miller (pick 172), WR Marcus Green (pick 203)
Agencia libre
Jugadores adquiridos: G James Carpenter (NY Jets), G Jamon Brown (NY Giants), TE Luke Stocker (Tennessee), DE Adrian Clayborn (Nueva Inglaterra), FS J.J. Wilcox (Indianápolis), DT Tyeler Davison (Nuevo Orleans), RB Kenjon Barmer (Carolina)
Jugadores perdidos: CB Robert Alford (Arizona), RB Tevin Coleman (San Francisco), DE Bruce Irvin (Carolina), CB Justin Bethel (Baltmore), CB Brian Poole (NY Jets). DE Brooks Reed (Arizona), SS Jordan Richards (Oakland), G Ben Garland (San Francisco), WR Marvin Hall (Chicago)
Atlanta venía de tener un periodo reciente exitoso habiendo sido Campeón de la NFC en 2016 y calificando a playoffs en 2017. En 2018, la historia fue distinta. El primer mes de temporada fue particularmente complicado para el equipo, pues ocupaba el sótano de la NFC Sur con un récord de solo 1 – 4. Para octubre, la situación mejoró emparejándolo a 4 – 4. Sin embargo, ya entrado el mes de noviembre, iniciaría la racha de derrotas (5) que eliminaría las posibilidades de transcender para este equipo. Con un récord de 4 – 9 con solo tres semanas por jugarse, ya de nada serviría que Atlanta cerrara con tres victorias al hilo. Solo le alcanzaría para ocupar el deslucido #2 de la división. Las lesiones fueron clave en este resultado pues Deion Jones, Keanue Neal y Devonta Freeman perdieron demasiado tiempo de juego. El resultado obtenido en esta temporada marcó apenas la segunda vez que el equipo se queda fuera de playoffs desde que Dan Quinn llegó a ocupar la posición de Head Coach en 2015.
Para 2019, a menos de 24 meses de haber participado en un Super Bowl, las expectativas para Atlanta son más moderadas. No obstante, hay un núcleo importante de jugadores tanto a la ofensiva como a la defensiva que se mantiene de aquella experiencia, así que oportunidades para que el equipo pueda resurgir pronto.
Staff
Dan Quinn entra a su quinta temporada como el equipo. Como mencioné antes, el equipo tiene dos temporadas sobresalientes y dos en las que no ha trascendido. A pesar de haber entregado estos resultados, para esta temporada decidió hacer una limpia en las coordinaciones. Por ahora, Quinn se mantendrá al mando de la defensiva y delegará la responsabilidad de la ofensiva a Dirk Koetter.
Koetter es un viejo conocido en Atlanta. Aunque no colaboró con Quinn a su llegada, pasó las temporadas 2012 a 2014 como coordinador ofensivo. Así que conoce el trabajo con Matt Ryan y Julio Jones, principalmente. De 2015 a 2018, estuvo en Tampa Bay donde primero se encargó de la coordinación ofensiva y después tomaría el puesto de Head Coach. La principal solicitud de Quinn a Koetter es lograr un mejor balance del que se vio en sus ofensivas en Tampa Bay.
Thomas Dimitroff se enfocó a fortalecer la línea ofensiva tanto en el draft como en la agencia libre. Al parecer, desde la perspectiva de personal, Atlanta está determinado a poder correr el balón con efectividad en esta temporada.
Ofensiva
La ofensiva de Atlanta se ha mantenido como una de las más productivas en los últimos tres años. Si bien, Ryan y compañía no han logrado alcanzar el desempeño de 2016 cuando dominaron a placer, aún son un espectáculo. La estadística más sobresaliente se dio en el juego aéreo donde Atlanta se ubicó en el Top 5. Ryan se quedó a tan solo 21 yardas de imponer una nueva marca personal en yardas aéreas y a 76 de alcanzar las 5,000 yardas por primera vez en su carrera. El otro ofensivo con producción sobresaliente fue Julio Jones, quien fue el líder en yardas por recepción en la temporada 2018. El problema para Atlanta es que su ofensiva terrestre se quedó rezagada. Devonta Freeman batalló con una lesión en la pierna que lo limitó a tan solo unos cuantos toques de balón en la temporada. Tevin Coleman e Ito Smith apenas rondaron las 1,100 yardas en conjunto. Así que la ofensiva de Atlanta aún con su producción sobresaliente tendió a ser unidimensional y eso mermó las oportunidades para que este equipo pudiera tener más logros en la temporada.
Ryan tendrá a su tercer coordinador ofensivo en los últimos cuatro años. Afortunadamente para Ryan, Koetter es un viejo conocido. Eso garantiza que el proceso de adaptación sea casi automático. Ya se ha visto en otras temporadas que a Ryan le toma casi un año familiarizarse con sistemas nuevos. Con Koetter tendrá la libertad de hacer cambios a las jugadas y eso acelerará el ritmo de la ofensiva. Además, Ryan gozará de un grupo de receptores de lujo con un Jones que está sano y luce totalmente dominante, un Calvin Ridley más maduro y un Mohamed Sanu que pasa desapercibido ante los medios, pero que también es muy seguro. Además, Austin Hooper ha ido ganando notoriedad en esta ofensiva y podría ser éste el año en que el despegue.
En cuanto a la ofensiva terrestre, la indicación de Quinn a Koetter es que necesita hacerla funcionar. De inicio, Freeman estará de vuelta. Su estilo agresivo para acarrear cambia inmediatamente la actitud de la ofensiva. Además, estará apoyado por una línea ofensiva renovada. Se espera que los novatos de primera ronda Chris Lindstrom y Kaleb McGrary tengan impacto de inmediato. El esquema de bloqueo será de zona.
Defensiva
La defensiva de Atlanta había ido mejorando año tras año. En 2017, llegó a ser la #8 en puntos permitidos. Para 2018, terminó desquebrajándose por lesiones y cayó hasta el lugar #25. Fue vulnerable tanto por pase como por carrera. La única estadística rescatable fueron las intercepciones. De ahí en fuera, terminó entre los peores 10 en los rubros listados en la tabla.
Ante los pobres resultados obtenidos, Quinn asumirá la coordinación de la ofensiva. Al fin y al cabo, esa es su especialidad. No hay que olvidar que él fue uno de los principales artífices de la “Legion of Boom” en Seattle. De inicio su formación base es la 4 – 3, pero hay que tener en cuenta que Bob Sutton, excoordinador defensivo en Kansas City, fue contratado como consejero defensivo. Sutton es un gran proponente de la formación 3 – 4, así que no sería sorpresa ver que Atlanta presente frentes mixtos.
En cuanto al personal, Grady Jarrett, Vic Beasley y Tak McKinley son los que le dan mayor flexibilidad a Quinn para poder hacer los cambios de formación. Jarrett es una fuerza al interior de la línea, mientras que Beasley y McKinley pueden alinearse tanto como alas defensivas como LB externos.
El regreso de Deion Jones sano es también un aspecto relevante, pues este LB es capaz de hacerlo todo: cobertura, sellar huecos y generar presión.
Con la experiencia previa de Quinn, la secundaria es tal vez el grupo menos preocupante. Keanu Neal estará de vuelta y la pareja de CBs es sólida. La producción de Damontae Kazee, el CB en formaciones nickel, fue extraordinaria al lograr siete intercepciones y ubicarse como el #1 en ese rubro en 2018.
Equipos especiales: Giorgio Tavecchio asumirá el puesto de pateador desde el inicio de temporada para este año. En 2018, solo tuvo participación en tres juegos logrando 100% (5/5) de efectividad en goles de campo. Se espera que sea un buen sucesor de Matt Bryant. Las devoluciones correrá a cargo de Justin Hardy (WR).
Pronóstico: Atlanta es un equipo con una base sólida de veteranos tanto a la ofensiva como a la defensiva. Para 2019, recuperará algunos jugadores clave que deben aportar inmediatamente. El principal punto de incertidumbre lo veo en la coordinación ofensiva. Si bien Koetter ya ha trabajado con Ryan y Jones en temporadas previas a la llegada de Quinn, me parece que podría haber un periodo de adaptación nuevamente, sobre todo porque la intención de Quinn es echar a andar la ofensiva terrestre con Devonta Freeman, no en vano fueron seleccionados en el draft dos linieros. Si esto no se da, me parece que podría haber conflictos en el staff. Al fin y al cabo, Koetter pudo establecer una ofensiva aérea de buen nivel en Tampa Bay, pero no un buen juego terrestre.
El calendario de Atlanta es el #8 en dificultad para esta temporada, el de mayor grado en la NFC Sur. El primer mes luce bastante complicado con visitas a Minnesota e Indianápolis, además de también incluir un juego contra Filadelfia. Si Atlanta no aprieta desde el inicio, podría empezar 1 – 3 la temporada. De hecho, la exigencia en su calendario no disminuye hasta su BYE. De regreso, tendrá puros juegos divisionales donde quedó con rédord de 4 – 2 en 2018. Saliendo de esa etapa ya en diciembre, le espera, en lo que en el papel parece, la parte más sencilla de su calendario.
Récord 2019: 7 – 9.