Récord 2018: 4 – 12
Draft (por orden de selección): DE Nick Bosa (pick 2), WR Deebo Samuel (pick 36), WR Jalen Hurd (pick 67), P Mitch Wishnowsky (pick 110), LB Dre Greenlaw (pick 148), TE Kaden Smith (pick 176), OT Justin Skule (pick 183), CB Tim Harris (pick 198).
Agencia libre
Jugadores adquiridos (equipo de origen): LB Kwon Alexander (Tampa Bay), RB Tevin Coleman (Atlanta), CB Jason Verrett (LA Chargers), ILB David Mayo (Carolina), WR Jordan Matthews (Filadelfia), G Ben Garland (Atlanta), TE Levine Toilolo (Detroit)
Jugadores perdidos (equipo destino): P Bradley Pinion (Carolina), OLB Cassius Marsh (Seattle)
San Francisco fue uno de los equipos que se pensaba cambiaría el rumbo en la temporada 2018. Había tenido un excelente cierre en 2017 logrando cinco triunfos al hilo con Jimmy Garoppolo como QB. Con este resultado, se especulaba que, en 2018, veríamos a un equipo de San Francisco muy diferente al de los últimos años, con un nivel de juego más competitivo. Llegó el inicio de la temporada y vendría el primer descalabro justo en la semana 1 con la visita al U.S. Bank Stadium en Minnesota. No habría mucho que comentar al respecto, pues era una derrota en un juego relativamente peleado contra una de las potencias en la NFC. Una semana después, Garoppolo y compañía concretarían su primer triunfo en el Levi’s Stadium (vs. Detroit). En la semana 3, comenzaría el resquebrajamiento del equipo con la pérdida de Garoppolo para el resto de la temporada. A partir de ahí, vendrían seis derrotas consecutivas. Así, a mitad de temporada, San Francisco marchaba con récord de 1 – 7, encaminándose a una selección Top 5 en el draft 2019. Para la segunda mitad de temporada con un QB (Nick Mullens) del que pocos habían oído hablar, San Francisco logró rescatar tres triunfos para terminar con un récord más decoroso y colocarse apenas arriba de Arizona en la NFC Oeste.
A diferencia del año pasado, hoy poco se habla de San Francisco de cara a la temporada 2019. Las expectativas en los medios son mucho más moderadas y así, John Lynch y Kyle Shanahan se preparan para iniciar su tercera temporada con menos presión y esperando lograr un avance más concreto en su proyecto.
Staff
Uno de los principales argumentos para exacerbar el progreso de San Francisco antes del inicio de la temporada 2018 fue la presencia de Kyle Shanahan. Si hay algo que ha demostrado este coach en su carrera en la NFL es su capacidad para desarrollar ofensivas y eso había quedado de manifiesto a finales de 2017 con Garoppolo como su QB. Así que era válido pensar que, ya contando con esta necesidad cubierta, Shanahan se dedicaría a afinar el resto de los detalles para dar paso a un equipo competitivo. Al final, el escenario cambió y los resultados quedaron muy lejos de los esperados. Por ahora, el margen aún es bastante amplio y hay confianza total de que pueda cambiar el rumbo actual de la franquicia. Como escribí hace un año: “el proyecto planteado entre John Lynch y este HC es a cinco años”.
No hay cambios importantes en el staff para esta temporada. Shanahan continuará como coordinador ofensivo apoyándose de Mike LaFleur (hermano de Matt, el HC en Green Bay) como coordinador de juego aéreo y de Wes Welker como coach de WRs. Robert Saleh será el coordinador defensivo por tercer año consecutivo y es quien tiene mayor presión por entregar resultados, ya que la defensiva ha estado recibiendo talento vía draft en las temporadas recientes y su avance no ha sido notorio.
John Lynch ha metido mano para tratar de reforzar cada área del equipo desde su llegada como gerente: QB, corredores, línea ofensiva, línea defensiva, receptores y secundaria. El progreso aún ha sido muy discreto. Hasta ahora, me parece que será en las líneas donde se reflejará pronto su trabajo.
Ofensiva
La ofensiva de San Francisco fue diezmada por las lesiones en 2018. No solo aconteció la pérdida de Garoppolo, Jerick McKinnon (RB) ni siquiera pudo uniformarse en temporada regular; Matt Breida, Marquise Goodwin (WR) y Dante Pettis (WR) no estuvieron disponibles el 100% de la temporada, Raheem Mostert (RB) sufriría una lesión en el brazo que lo dejaría fuera a partir de la semana 9. Así que Shanahan tuvo que estar trabajando con sustitutos en muchos juegos. Aún así, los resultados no fueron TAN malos (o pudieron haber sido peores, según se quiera ver), lo cual habla bien de la capacidad de desarrollo que tiene este coach. El jugador con el desempeño más destacado en la ofensiva fue George Kittle, quien terminó emergiendo como una de las alas cerradas más productivas en la liga. El segundo en producción fue Breida con 1,075 yardas combinadas y cinco touchdowns.
Para esta temporada, la adición de Tevin Coleman, un viejo conocido de Shanahan de su tiempo en Atlanta como coordinador, indica que este coach está determinado a tener una ofensiva terrestre dominante. Ya contaba con los linieros que se adecúan a su esquema de bloqueo de zona con Joe Staley y Mike McGlinchey, ahora cuenta con un RB familiarizado con su sistema y con las características (velocidad, fuerza) para explotar en éste. Con este personal, esperaría una mejora considerable en todos los rubros de la ofensiva terrestre para esta temporada.
El regreso de Garoppolo debe de impactar inmediatamente en el ritmo (“pace”) de juego de la ofensiva. San Francisco terminó #1 en esa estadística en 2017 y cayó hasta el #16 en 2018. La ofensiva de Shanahan está diseñada para funcionar “up tempo” con lecturas rápidas del QB. De ahí, que los sustitutos tarden en adaptarse o, de plano, no se adapten (C.J. Beathard). Esto, a su vez, debe beneficiar a la producción de los receptores. Dante Pettis debería lucir en su segundo año y no me sorprendería que algún otro WR tuviera estadísticas sobresalientes (últimamente se habla mucho del novato Deebo Samuel). Al fin y al cabo, cuando Shanahan ha tenido las piezas necesarias para que su esquema funcione, siempre ha echado a nadar ofensivas poderosas.
Defensiva
La defensiva es el área donde no se percibe progreso. En 2017, terminó como la #25 en puntos permitidos y, en 2018, cayó al #28. No ha logrado abandonar su sitió entre las 10 peores y eso es alarmante para Saleh, el coordinador. Las únicas estadísticas rescatables tienen que ver con el juego terrestre y son de media tabla. En contra del pase, esta defensiva fue inoperante y el número de intercepciones registradas en 2018 fue simplemente de risa.
En el papel, San Francisco debería contar con una línea defensiva dominante. Cuatro de sus últimas cinco selecciones de primera ronda han sido destinadas a fortalecer ese grupo. El problema es que, ante el cambio de esquemas defensivos, algunos de estos jugadores parecen haber quedado fuera de posición. La formación base de Saleh es 4 – 3, mientras que DeForest Buckner y Arik Armstead habían trabajado en una formación 3 – 4 al inicio de sus carreras. Por otro lado, Solomon Thomas aún está adaptándose como profesional. La llegada de Dee Ford y Nick Bosa (novato) debería ayudar a solidificar el sistema de Saleh y, sobre todo, a darle paso a una defensiva que genere presión constante sobre el QB. Si con estos jugadores, la defensiva no termina en Top 10 de capturas, no debería haber cabida para Saleh en 2020.
La secundaria es el grupo con más incertidumbre. Si Richard Sherman y Jason Verrett logran mantenerse sanos, tal vez tenga oportunidad. Sin embargo, el resto de los titulares lucen flojos. Es por ello que la necesidad de generar presión sobre el QB es apremiante.
Los LBs lucen bien con un jugador joven como Fred Warner que va en ascenso y con dos veteranos de buen nivel y versátiles en Kwon Alexander y Malcolm Smith.
Equipos especiales: Robbie Gould logró llegar a un acuerdo con la directiva y permanecerá en el equipo por tercer año. En los dos años previos ha sido muy productivo haciendo buenos al menos 33 intentos y con 95% de efectividad. En 2018, tuvo una efectividad de 97.1% (33/34). Así que San Francisco se encuentra muy bien cubierto en las tareas de pateo. El responsable de las devoluciones será Richie James (WR), quien tuviera una devolución de kickoff para touchdown (97 yardas) en 2018.
Pronóstico: Ahora con menos ruido por parte de los medios, Shanahan podrá trabajar con una ofensiva que luce más cargada de talento que en años previos. Esta temporada debe ser el verdadero inicio de la era de este coach en Santa Clara. La defensiva tiene su debilidad en la secundaria, pero el “Front 7” está listo para compensar, al menos en cierto grado, esa situación.
El calendario de San Francisco es el #11 en dificultad para esta temporada. Es un calendario bastante exigente para un equipo que aún está desarrollándose. Su BYE ocurre muy temprano y me temo que, en el mejor de los casos, podría irse 1 – 3 al descanso. Ya de regreso, el ritmo no baja hasta la semana 9 y es a partir de ahí donde puede empezarse a levantar. Creo que un récord cercano al .500 es probable, sobre todo porque en la segunda mitad del calendario tiene cinco juegos como local.
Récord 2019: 7 – 9.